La Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, conocida como Orden Trinitaria, fue fundada oficialmente en el año 1198 por San Juan de Mata y Félix de Valois.

Su origen está estrechamente ligado a una visión que tuvo San Juan de Mata durante su primera misa solemne, en la que vio a Cristo con dos Cautivos, uno cristiano y otro musulmán, lo que inspiró la creación de una orden dedicada a la redención de cautivos cristianos.

La orden fue aprobada por el Papa Inocencio III mediante la bula Operante divinae dispositions clementia, fechada el 17 de diciembre de 1198, estableciendo como misión principal la redención de cautivos en poder del islam y la promoción de la caridad.

En el siglo XVI, surgieron los Trinitarios Descalzos, rama reformada de la Orden, aprobada en 1578 por el Papa Gregorio XIII. Esta nueva rama pronto se expandió, llegando a Salamanca, donde establecieron su sede en la Iglesia de San Miguel, situada a orillas del río Tormes. En este mismo templo se instituyó la Confraternidad de la Santísima Trinidad, integrada por seglares.

El 26 de enero de 1626, la conocida riada de San Policarpo destruyó numerosos edificios, entre ellos el convento trinitario y la iglesia de San Miguel. Esto forzó el traslado de la comunidad trinitaria a unos terrenos en la Plaza de San Adrián (actual Plaza de Colón), donde en 1664 se edificó la iglesia de la Santísima Trinidad, actual parroquia de San Pablo. Parte del antiguo convento trinitario aún en las instalaciones que hoy albergan los juzgados de Salamanca.

En 1681, la plaza española de Mámora, situada en el reino de Fez (Marruecos), fue atacada por las tropas del sultán Muley Ismail. Tras el asalto, numerosos cristianos fueron hechos cautivos y las imágenes sagradas profanadas. Los Trinitarios Descalzos, fieles a su carisma redentor, lograron rescatar a 241 cautivos y recuperar 17 imágenes religiosas, entre las cuales se encontraba la de Jesús Nazareno Rescatado. Esta imagen, trasladada a Ceuta y posteriormente a Madrid, se convirtió en símbolo de la Orden, propagándose su devoción por toda España y más allá de sus fronteras.

En este contexto, tras la construcción del convento de la Santísima Trinidad en Salamanca, surgió la "Confraternidad de la Santísima Trinidad", y, según la tradición, en 1686 se fundó en su seno la Cofradía de Jesús Rescatado.

A lo largo del siglo XVIII, los Trinitarios promovieron la creación de numerosas imágenes de Jesús Nazareno Rescatado para difundir su devoción, en torno a las cuales surgieron distintas cofradías para darles culto, dando un nuevo empuje y sentido a las Confraternidades Trinitarias. La imagen venerada por nuestra Congregación, aunque de autor y fecha desconocidos, presenta características artísticas que la sitúan en la órbita de estas obras devocionales trinitarias.

Se cree que, debido al censo de 1768 impulsado por el Conde de Aranda, tanto la Confraternidad de la Santísima Trinidad como la Cofradía filial de Jesús Rescatado desaparecieron legalmente. No obstante, la devoción hacia Jesús Rescatado se mantuvo viva, y la Cofradía subsistió de forma discreta hasta su restauración oficial.

En 1796, tras años de silencio documental de la Congregación, Fray Diego José de Cádiz, junto con miembros de la Cofradía de Jesús Rescatado, solicitó al rey Carlos IV la restauración canónica de la Confraternidad, recibiendo la aprobación y adoptando el nombre de "Congregación de la Santísima Trinidad, bajo la advocación de Nuestro Padre Jesús Divino Redentor Rescatado".

Un hallazgo reciente de la Junta de Gobierno, concretamente en el año 2021, reveló entre los archivos de la Parroquia de San Pablo el valioso libro de las “Constituciones de 1796”, desaparecido desde la Guerra de la Independencia escrito por el escribano del Rey Carlos IV. Este documento certifica la existencia de mujeres congregantes desde el siglo XVIII, las cuales se consideraban hermanas de pleno derecho, ostentando cargos tan relevantes como Hermana Mayor y vocal de novicias, dignidad ocupada por doña Micahela de la Venta y Agudo.

Desde finales del siglo XVIII, la Congregación gozó de un notable auge, atribuible a la fama que tenía dentro de la ciudad la imagen de Jesús Rescatado como milagrosa. Durante épocas de pestes, hambrunas y sequías, los salmantinos acudieron a su intercesión, según testifican las actas de la época, que recogen cómo las calamidades fueron mitigadas tras las plegarias.

En 1808, la invasión francesa convirtió el convento de los Trinitarios Descalzos y la capilla  de la Santísima Trinidad en cuartel general de las tropas napoleónicas, expulsando a los trinitarios. La Congregación tuvo que trasladarse provisionalmente a la iglesia de San Adrián. En 1812, la comunidad regresó a su sede original, aunque los destrozos sufridos, como la pérdida del retablo mayor barroco, dificultaron la recuperación del culto. Como intento de reparar los daños sufridos, un hermano congregante, del cual se desconoce la identidad, donó la base del retablo actual y la Congregación adquirió, en 1815, los cuadros de San Pedro y San Pablo, actualmente situados en el crucero de la iglesia.

La desamortización de 1835 supuso la expulsión definitiva de los Trinitarios de nuestra ciudad y la disolución del convento. La Congregación entregó sus bienes al Estado, aunque ese mismo año obtuvo la propiedad de la Capilla de la Santísima Trinidad, cediéndola en 1887 a la Diócesis, que la convirtió en la actual parroquia de San Pablo.

El 15 de enero de 1839, por decreto del obispo don Manuel María Feijóo, la Congregación recibió la custodia del Santísimo Cristo de la Salud, procedente del desaparecido convento franciscano del Calvario, cuyo enclave era la actual estación de autobuses. La imagen llegó a la capilla el día 20 de enero de 1839, según figura en el recibo extendido por el párroco de San Bartolomé, D. Vicente Hernández Pérez.

En 1860 la Congregación, a petición popular, adquirió carácter de Cofradía de Pasión, participando por primera vez en la procesión general del Santo Entierro en la tarde del Viernes Santo de ese mismo año junto a la Vera Cruz y Jesús Nazareno. El 7 de abril de 1885, a instancias de la petición del Excmo. y Revmo. Sr. Obispo en una visita realizada a la capilla en el año 1878, se constituyó una filial femenina dedicada al culto de Nuestra Señora de las Angustias, integrándose ambas ramas en 1987 en la "Congregación de Jesús Rescatado y Nuestra Señora de las Angustias".

La túnica fue establecida en 1867 por el Papa Pío IX, que establece que ha de ser a imagen de la de Nuestro Padre Jesús, de terciopelo morado, con capillo de lo mismo, soga al cuello y corona de espinas. En el capillo, sobre el pecho, se colocará el escudo de la Congregación que consistirá en una cruz cuadrada y encarnada en campo blanco. Ha de ser acompañado con zapato negro, no estando prohibido el ir descalzo.

La túnica actual mantiene todos los elementos que se marcaron hace más de 150 años.